sábado, 17 de diciembre de 2011

LA DEJO EL TREN

Por: Julio Oñate Martínez

Este es el título que hoy identifica un paseo del juglar Juan Hernández y que originalmente nació como el Tiquete picao. Fue Luis Enrique Martínez el encargado de cambiarle el nombre al momento de ser grabado, a mediados de los años sesenta.

En el Difícil, Magdalena, su pueblo de origen tierra, generosa en acordeones y cantos, Juan Hernández tenía fama desde muchacho de ser un picaflor que conquistaba fácilmente a punta de acordeón y galantería. En el pueblo vivía Feliciana Arrieta Romero, a quien solo conocían por su cariñoso remoquete, “La negra”, le decían todos. Era la hija menor de Julio Arrieta y Juanita Romero quienes residían en la Reforma, finca de su propiedad cercana al poblado.
El joven acordeonero era el novio oficial de la negra, una morenaza de pelo quieto y ojos vivos como centellas que no había tenido decires en el pueblo, donde se comentaba que ella tenía muy bien guardado el cofrecito de plata para el hombre que pudiera ofrecerle una buena estabilidad económica y sentimental.

Los familiares de juancho no veían con buenos ojos este noviazgo, pensando que él podía aspirar a una joven de mejor condición social y la cantaleta de su tío paterno, don Juan Hernández, advirtiéndole que a la hora de ponerle un dedo encima a la mulata tendría que casarse, hicieron que el músico se alejara de Feliciana.
Los amores se acabaron, Juan siguió piropeando por otros frentes y “La negra” pensó en otro galán. En adelante fueron varios romances con jóvenes de origen campesino como ella, pero el tiempo pasaba y no aparecía quien la llevara al altar y esto siempre le planteó un interrogante al arrepentido acordeonero sobre algo que le hubiera sucedido a la joven para que entre tantos novios que tuvo ninguno hiciera aprecio de ella.

El 25 de abril de 1940 se encontraba Juan en las fiestas de San Marcos, en el Paso (Cesar), parrandeando con algunos amigos del entorno. Había hecho el recorrido tomando el tren en Bosconia en compañía de otros músicos que también iban a las fiestas entre ellos José Antonio Vides que venía de Granada (Magd.) y Ovidio Granados de Mariangola (Cesar).
A los pocos minutos de iniciar el viaje, un empleado del ferrocarril les quitó el tiquete y después de perforarlo con una maquinita se los devolvió. Curiosamente Juan lo interrogó sobre el procedimiento y el fulano le explicó que ya picado, el tiquete quedaba sin valor y para viajar otra vez había que reemplazarlo por otro nuevo.

En este instante Juancho se imaginó a La negra en la estación del tren tratando de embarcarse, viaje tras viaje, sin lograrlo, sencillamente porque tenía el tiquete picado y en estas condiciones no le daban el valor que se merecía.

Este fue el punto de partida para darle forma a esta canción cuyos versos llenos de mordacidad hablan por sí solos:

Alguna cosa le habrá pasado
Porque en todos los viajes se queda
Sería algún pasajero avispado
Que le picó el tiquete a la negra

Cuando Juancho tuvo la canción lista comenzó a tocarla en fiestas y parrandas y cualquier día parrandeando en la finca de Juan Arrieta un primo de la negra, se presentó ella con los hermanos y todos querían escuchar la canción de moda pero él no se atrevía pues no sabía cuál sería la reacción de la ella y su gente. Presionado por el anfitrión él la interpretó previa aclaración que la musa inspiradora vivía en el Copey y coincidencialmente, también era negra, lo cual le permitió salir del paso. La canción fue entregada por Hernández a Luis Enrique Martínez, el Pollo vallenato, quién la llevó al acetato sin el respectivo crédito para el autor. Cualquier día se encontraron en el Difícil y ante el reclamo que Juancho le hizo por negarle la autoría del canto, Luis Enrique lo manteo diciéndole, no te preocupes que todo el mundo sabes que esa canción es tuya ojalá y yo la haya firmado.

Hoy en día Juancho vive orgulloso de que su composición la haya interpretado el papá de los acordeoneros vallenatos.

La negra, finalmente, se pudo embarcar en el tren y hoy tiene un bonito hogar allá en el Difícil.

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